El municipio de Calvià engloba un territorio donde el pasado se entrelaza con el presente. Desde los primeros asentamientos prehistóricos hasta la influencia de las grandes civilizaciones. Cada rincón tiene la huella de múltiples historias y conjuntos de bienes heredados directamente de las personas que habitaron este territorio un tiempo antes que nosotros. Un patrimonio que debemos comprender, valorar, disfrutar y conservar para su salvaguarda.
¡Quédate y descubre las historias y el patrimonio que hemos heredado de nuestros antepasados!
¿Empezamos?
Edad del Bronce (1800/1600-850 a.C.): Es la etapa más temprana con restos arqueológicos en Calvià, aunque es posible que existan asentamientos más antiguos aún no descubiertos. Los hallazgos más característicos son las construcciones navetiformes, de planta alargada en forma de herradura,como la Naveta Alemany; y las cuevas funerarias, excavadas en la roca, como la documentada en el Turriforme Escalonado de Son Ferrer.
Época Talayótica (850-650/550 a.C.): Tras el final de la Edad del Bronce surge la Cultura Talayótica, que dejaría una profunda marca en el paisaje de Mallorca y Menorca. Las comunidades de esta época destacaron por sus talayots, construcciones de una sociedad compleja y enraizada en la Edad del Hierro. Momento en el que el Puig de sa Morisca se fortificó y se amuralló aún más con nuevas torres afianzando así la seguridad del lugar. Por otro lado, el Turriforme Escalonado acogió una nueva funcionalidad en la zona superior en la que pasó a utilizarse para realizar rituales de los individuos de la comunidad.
Época Postalayótica (650/550-123 a.C.): La última fase de la prehistoria balear. Está marcada por la interacción de las comunidades indígenas con las culturas púnica y romana (pueblos colonizadores del Mediterráneo). Estas conexiones se pueden observar en diferentes yacimientos de nuestro municipio, a destacar el Puig de sa Morisca, el Turó de les Abelles y el Turriforme escalonado. Este último reconvertido en una necrópolis. Los cambios marcados por estos contactos ocasionaron un antes y un después en las comunidades indígenas hasta culminar con la conquista de la isla el 123 a.C. por el cónsul romano Quinto Cecilio Metelo.
Época Romana y Tardoantigua (123 a.C. - 903 d.C.): Tras la conquista romana, Mallorca y Menorca estuvieron ligadas al devenir del Imperio Romano, marcando así un largo periodo de ocupación. En Calvià tenemos la Villa Romana de sa Mesquida como construcción representativa de esta cultura. Representa un asentamiento rural empleado para la extracción de los recursos de los alrededores, además de contar con el primer horno hallado en Mallorca dedicado a la elaboración de cerámica. Más tarde, durante la Antigüedad Tardía, la isla pasó a estar bajo dominio vándalo y bizantino. Aunque poca información se conserva de estos últimos siglos.
Época Medieval Islámica (903-1229): En este periodo se introdujeron nuevas especies y técnicas de cultivo que favorecieron el legado cultural. De ellos quedan restos de sistemas hidráulicos de regadío y una gran riqueza de topónimos. A destacar, la Font de s’Ermita en Bendinat y la Font de sa Cometa en Galatzó. Además, a nivel de hábitat, en el Puig de sa Morisca se conservan restos islámicos en la cima de la colina, lugar en el que edificaron tres habitaciones de época almohade.
Época Medieval Cristiana (1229-1492): Uno de los momentos más cruciales de la historia de Calvià fue la conquista de Mallorca por el rey Jaume I en 1229, ya que fue en nuestro municipio donde las tropas cristianas desembarcaron, marcando el inicio de los enfrentamientos que cambiarían para siempre la isla, transformándola en un territorio cristiano. La conquista fue percibida en su momento como la oportunidad perfecta para que se consolidase la figura del rey mientras los nobles y cleros se enriquecían. Además de ser la respuesta a la necesidad de controlar el mediterrráneo occidental. En este momento surgieron las Possessions, muchas de ellas, antiguas alquerías árabes reconvertidas. A destacar la de Galatzó y Son Vic Vell. Otras construcciones significativas fueron los Graneros del Diezmo, lugar donde se gestionaba el diezmo y del cual la iglesia obtenía un beneficio económico.
Época Moderna (1492-1811): La historia moderna de Calvià está marcada por su dispersión geográfica y las dificultades de la comunicación terrestre. A pesar de ello, su población participó en movimientos históricos como las Germanías y desarrollaron su propia dinámica demográfica y económica, cómo por ejemplo la importancia de la producción de aceite en las numerosas possessions, una de ellas fue la de Galatzó. Además, constructivamente, también conservamos hoy día otras edificaciones relevantes del período como el Oratorio de Portals Vells o las Torres de defensa.
Época Contemporánea (1811- actualidad): Calvià ha experimentado profundos cambios socioeconómicos, influenciados tanto por el contexto isleño como por el panorama nacional e internacional. No obstante, el carácter distintivo de los ciudadanos, basado en una economía diversificada y en una estructura social propia, les ha otorgado una identidad única en el transcurso de los tiempos modernos. La llegada del turismo y los fenómenos de migración condicionaron una estructura territorial y una red urbana con núcleos poblacionales muy dispersos entre sí. Como reflejo de este momento contamos con ejemplos arquitectónicos destacados como el Hotel Maricel y el Hotel del Mar.